Ismael Serrano el sábado 26 de noviembre en Rubí en un momento del concierto. Detrás, su inseparable Javier Vergia.
El sábado por la noche, y gracias a las gestiones de una amiga que trabaja en Rubí, pude ir a ver a Ismael Serrano en concierto en una fila muy cercana al escenario, donde pude disfrutar a tope de mi cantante preferido.
En noviembre estuve en dos de los conciertos que dió en el Auditori, pero casi arriba del todo y, a pesar de que disfrute muchísimo de ambos conciertos, estaba demasiado arriba, el Auditori tiene un aforo de 2000 personas que dificulta el disfrute total de este tipo de conciertos en según que zonas del mismo.
Primer concierto en el Auditori de Barcelona. 14 de noviembre de 2007
En aquellos dos conciertos, como os decía, disfruté mucho, llevaba casi 5 años sin verlo, y había mono de Ismael. A parte, a mí el nuevo CD me gusta mucho, me devuelve, en algunos aspectos, al cantautor de Atrapados en Azul, su primera obra. Íntimo, en contacto constante con la gente, con sus habituales previas a las canciones, con ritmo (incluso se permite bailar, algo que no le había visto hacer nunca), con una escenografía que ayudaba a meterse en el ambiente, a sentirse uno más dentro del submundo que intenta crear con la recreación de un puerto dónde todo el mundo es bienvenido.
Foto de un momento del 2º concierto, en Noviembre en el Auditori
Todo ello se magnificó en Rubí, en un pequeño teatro de no más de 400 personas de aforo, con lo cual todos estábamos cerca. La gente estaba mucho más metida en el mismo, se permitía intercambios de frases con el cantante, lo que ocasionó varias sorpresas al cambiar el repertorio habitual de sus conciertos y ofrecernos algunos de sus antiguos éxitos. Todo un lujazo.
En la salida, al ser pocos, optamos por esperarle que saliera. Y lo hizo. Y muy amablemente nos saludó a todos, firmó autógrafos, se hizo fotos e incluso conversó con quién quería, incluído un grupito de jóvenes ciegos que no se creían lo que estaban viviendo.
La foto final. Valió la pena esperar
En fín, una noche completita. El mejor cantautor del momento, en uno de los mejores asientos, con buena compañía, un clima perfecto para disfrutar del concierto, un artista entregado, un grupo de músicos dispuestos a hacerlo pasar bien a la gente y, al final, una mini conversación con Ismael Serrano y la foto de recuerdo que, sinceramente, hace unos años hubiera sido todo un sueño pero que ahora no es que no ilusione, pero bueno, tampoco tengo quince años.
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