Hola, quiero esa camisa.
Hola, buenos días, Sr. Arturito, esa camisa vale 68€.
Ok, lo acepto, voy a intentar conseguir ese dinero. Si no me llega, intentaré convencer a un amiguete, Josep, para que me deje el resto, quiero esa camisa a cualquier precio.
"Es míiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa".
De acuerdo, Sr. Arturito, le espero. Y entiendo que usted acepta las reglas del Juego.
Sí señor, acepto las reglas. Voy a ganar, y voy a ganar por goleada. Vendré a comprar la camisa y me sobrará dinero para ponerme chulito, que de eso sé un rato (y mis colaboradores, los neocons, aún más).
Pasan los días y, tanto Arturito como otros señores que también querían la camisa de 68€, se ponen a trabajar para conseguir ese dinero, tal y como marcan las reglas.
Llega el día esperado, concretamente el 1 de noviembre de 2006, y todos llegan a la tienda con el dinero que han conseguido trabajando.Arturito, muy enfadado pero disimulando, le dice al tendero: "Hola, tengo 48€, deme la camisa. Es más, estoy seguro que, pese a lo firmado, disimularé e intentaré engañar a todo el mundo y mi amigo Josep me dejará sus 14€", a lo que el tendero le dice: "Pos va a ser que no, la camisa vale 68€, y no estamos en época de rebajas. Usted solo tiene 48, y con su amigo (le recuerdo que si su amigo le deja sus 14€, usted hará algo en contra de lo que ha firmado ante notario, y eso que da feo, Sr. Arturito) Josep, en total son 62€. No le llega.
Al instante, llega Pepe a la tienda y, a pesar de que tiene menos € que Arturito el neocon, ser de otro pueblo y diferente (muuuuuuuuy diferente) a los compradores habituales de la camisa en años anteriores ha conseguido convencer a sus amiguitos Josep Lluis y Joan.
En total, Pepe, que se ha sentido injustamente menospreciado, ha conseguido 70€. Le sobran 2€, mira por dónde.
Como la camisa vale 68€, el tendero, fiel a las reglas marcadas antes de iniciar el partido, le entrega a "Pepe el infravalorado" la apreciada CAMISA.
Arturito se enfada mucho mucho mucho y, casi a punto de acabar el partido, pide que cambien las reglas, algo que nadie entiende, a no ser que seas un mal perdedor o alguien incapaz de pactar con aquellos en teoría cercanos a tí. El tendero no acepta cambiar las reglas aceptadas por todos. O se cambian antes de empezar el partido, o no se cambian.
Pues eso, Montilla President. Feliz primer año. Per molts anys, President.
Qué noche aquella en el Snooker...
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