jueves, 15 de febrero de 2007

Convivencia vecinal


Veo que en L'Hospitalet, con más de 250000 habitantes, han tenido una muy buena idea para conseguir que siga habiendo (o en algunos casos que vuelva a haber) convivencia vecinal.
La idea es la de crear una unidad policial que velará por la convivencia vecinal con la intención no de ir necesariamente explicando los derechos de los ciudadanos (la mayoría ya los saben), pero sí de las normas que se deben cumplir aquí.
Uno de los más graves problemas con la nueva ciudadanía que desde hace casi una década han venido en masa a nuestros pueblos, ciudades y barrios es que muchos de ellos siguen con las mismas normas que en sus países de origen o, peor aún, no cumplen ni las de allí ni las de aquí (confunden libertad con libertinaje).
Es por eso que la considero una muy buena idea. Imagino que costosa, pero cuando hablamos de convivencia vecinal, estamos hablando de los derechos básicos de las personas, estamos hablando de compartir los espacios públicos, estamos hablando de ¡educación! En todos los casos son políticas muy costosas.
Y el que lo haga una unidad especial de policías creo que es una decisión muy acertada puesto que el principio de autoridad que éstos abocan sobre los colectivos de inmigrantes es inmensamente superior al que podrían ejercer, por ejemplo, trabajadores sociales.
La gestión de la nueva realidad demográfica debe hacerse desde el orden, la mediación y la disciplina. Es la mejor manera de llegar a la convivencia.
En L'Hospitalet, por ejemplo, son casi 60000 los habitantes nacidos de fuera de la Unión Europea. A diferencia de la realidad que nos podemos encontrar en el Maresme, el colectivo centro y sudamericano es extensísimo. Es lo más normal del mundo ver a ecuatorianos, dominicanos, bolivianos o colombianos jugando a fútbol en los parques o en las polideportivos abiertos a la ciudadanía.
Celstino Corbacho ya lo manifestó en el Consell d'Alcaldes de Enero y en el Consell de Federació de Febrero que ésta sería una de las bases de los programas electorales de los gobiernos socialistas de las ciudades medianas y grandes. A mí, personalmente, me sorprendió. Una vez más, Corbacho ha demostrado aquello de "Fets, no Paraules" y se ha adelantado a todos.
La nueva realidad demográfica ha sufrido un cambio tan espectacular que tan sólo puede compararse a aquél que hubo hace 40 años con la llegada masiva de inmigrantes de Andalucía y Extremadura (también de Galicia y Murcia en menor medida) e imagino que no es fácil de gestionar.
Otras costumbres, otras culturas, otras religiones, otras fiestas, otros horarios, otras formas de vida, y no siempre muchas ganas de integrarse como primer paso a la necesaria cohesión entre las y los ciudadanos. Es fácil de ver que han cambiado las escaleras de vecinos, los barrios, las escuelas, los espacios públicos e incluso la economía.
Los siguientes pasos serán, deben ser, el evitar la masificación en algunas viviendas y poder regular los horarios de los locales comerciales y su uso como viviendas. Palabra de Celes.
Tiempo al tiempo.

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