Diada Nacional de Catalunya - Visca Catalunya!!!

Hoy, 11 de Septiembre, es el Día Nacional de Catalunya. Se celebra la derrota de Catalunya ante los Borbones el 11 de Septiembre de 1714, fecha que con el tiempo se ha convertido en un símbolo nacionalista primero, y para todo un país después. Durante meses Barcelona es sometida a un terrible asedio y bombardeo. Berwick --que manda las tropas borbónicas (a título de `generalísimo de las dos Coronas')--, tras haber lanzado un ataque sin cuartel, da orden de asalto el 11 de septiembre de 1714.
Para algunos, se celebra una derrota, para otros, la fuerza de todo un país para saber sobreponerse históricamente a los sinsabores y a los ataques. Me quedo con lo segundo.
Me quedo con lo segundo, pero ahora ya no toca. No toc aser tan pesimistas, ni tan derrotistas. Y sí toca celebrar una fiesta cívica reivindicativa, pero que sea una fiesta.
Me gusta celebrar la Diada (así la conocemos en Catalunya), y me siento catalán, muy catalán. Igual que el resto, ni más ni menos. Todos iguales.

He nacido en Catalunya, y he vivido toda mi vida en Catalunya. Mi educación fue casi íntegramente en catalán, y lo hablo y lo escribo con dignidad. No lo hablo mucho en catalán puesto que mi entorno no lo hace, mantengo muchas conversaciones bilíngües, y otras muchas íntegramente en catalán, y no pasa nada.

A veces me siento incómodo, pero son las menos. Esta mañana ha habido algún momento, pero ellos mismos se han retratado al incomodar a casi todo el mundo que estábamos en la ofrenda floral. Un veteranísimo compañero de partido no ha podido aguantarse, le hierve la sangre incluso a su edad (qué envidia) y les gritaba "ximples", "no digueu mentides".

Dibujan una Catalunya irreal, una Catalunya "presa", que tiene un "amo", "subversiva", "sin derechos", "sin voz propia", "ataques feroces", "sin libertad"... IRREAL. Me quedo con la reflexión de una de las personas que ha intervenido, y que la ha finalizado así: "posiblemente cada vez tengamos más razón en nuestras demandas de inversiones, pero, con según que radicalizaciones, cada vez somos menos". No ha habido altercados, yo llevo muchos años asistiendo y nunca los ha habido. Incluso con la ofrenda del PP, que en otros lugares suele ser polémica, lo que ha habido ha sido un silencio sepulcral, como no queriendo molestar. Desgraciadamente, ésta no ha sido la tónica general, y en la ofrenda de Barcelona quién más quién menos ha recibido gritos e insultos de aquéllos que piden libertad y que no la dan a los otros. Una lástima, han perdido una ocasión para hacer como en Mataró, silencio y respeto.

Ahora resulta que el President Montilla es el culpable de todos los males de este país y no se le respeta lo más mínimo a la hora de hacer la ofrenda institucional, la ofrenda de todos los catalanes y todas las catalanas. Indigno.

Me quedo con el artículo de Rosa Cullell en la contraportada de El Periódico de hoy, suficientemente significativo, que titula "Visca Catalunya" y que os reproduzco:

En días como hoy, de grandes emociones y sonadas indiferencias, de banderas con o sin estrellas, de insultos y flores a los muertos, me entran ganas de pedir perdón por no ser uno de los suyos. Por no ser siquiera uno de los nuestros. Y entonces encuentro refugio en las estadísticas, ese lugar donde los números tapan himnos y multiplican identidades. Uno de mis sitios preferidos del ciberespacio es la página del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es). Allí encuentro cifras que analizo a mi gusto, barriendo para casa, buscando respuestas. En esa página estamos todos. Sin descifrar, claro.El INE tiene un apartado para jugar: "Conozca la distribución provincial de su propio apellido". En el cuadrado de búsqueda puse el mío, tan catalán, con tantas elles. Somos 570 en Barcelona, 612 en Girona, 26 en Albacete y 5 en Madrid.

Detrás de un frío 2,7%, el porcentaje de los Cullell albaceteños, vi aparecer los ojos claros de Joan Cullell i Puig, quien, a finales del XIX, salió de Sant Joan de les Abadesses en tartana y llegó a la Mancha. Dejaba atrás la última guerra carlista, una hermana monja y poco más. Puso una tienda de telas, comerció con azafrán, se casó con una castellana y tuvo siete hijos. Prosperó. Durante la guerra civil cayó en su vivienda una bomba nacional. Salió por su propio pie, aunque muy asustado, rezó un parenostre, y falleció. Nunca aprendió a rezar, ni tampoco a contar, en castellano. Su primogénito, mi abuelo, volvió a casa. Y aquí me tienen.

Ustedes también pueden jugar a buscarse en el mapa. Por cierto, los cinco primeros apellidos catalanes son: García, Martínez, López, Sánchez y Rodríguez. Visca Catalunya.

Foto con mi hermano de una Diada de hace siglos, cuando mi madre, no sé porqué, nos vestía de pastoret cada año para la Diada

Vaya, ahora resulta que mi apellido, Fernández, no es de los primeros, igual es que no soy un buen catalán... Visca Catalunya!!!